sábado, 18 de mayo de 2013

Que sólo quede la amistad, tantos sueños que recordar...

Bueeeeeeeenos días.

Soy tan hábil que ayer como estaba malita, me dormí y no me acordé de actualizar :( pero bueno, aquí me tenéis ya (soy Inés).

Ayer fue la graduación de Alba, Marta y Maribel, espero que se lo pasasen genial y disfrutasen como nunca, y que aunque no se pudiesen quedar a la fiesta, la monten ellas por su cuenta cuando acaben las recuperaciones, que os mando MUCHÍSIMA SUERTE desde aquí, que luego la PAU, la universidad y cambia todo por completo. 
Algunas os iréis a estudiar fuera, otras os quedaréis allí, y ya no será como todos estos años en el colegio... así que aprovechad este verano al máximo chicas <3

Así de guapas iban Marta y Alba:



De Maribel, no tengo foto, pero seguro que la que actualice mañana os enseñará de las tres para que las veáis :3

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Muchas veces nos sorprendemos de tener un conocido común con la persona menos esperada, o descubrimos que el primo de nuestro mejor amigo vive en nuestro mismo edificio, o encontramos que esa persona también ha sido invitada a la misma fiesta de cumpleaños. Solemos decir entonces, “el mundo es un pañuelo”, “no sabía que ya os conocierais”, o alguna expresión semejante. Sin embargo ¿son esas situaciones tan sorprendentes?
Existe una teoría matemática que intenta explicar el que una persona está conectada con cualquier otra por una cadena relativamente corta de intermediarios (unos 6). Se basa en que el número de conocidos crece exponencialmente con cada eslabón de la cadena, y solamente hacen falta unos pocos eslabones para que ese grupo de conocidos englobe a la humanidad entera. La teoría fue enunciada matemáticamente en los años 50 por Ithiel de Soda Pool y Manfred Kochen, y “demostrada” empíricamente por el psicólogo Stanley Milgram en 1967. El experimento fue denominado “el experimento del Pequeño Mundo” y consistió en seleccionar al azar una serie de personas del Medio Oeste americano, para que enviaran postales a un extraño del cual conocían el nombre, la ocupación y la localización aproximada. El sistema consiste en enviar la tarjeta postal a la persona conocida con más posibilidades de conocer al extraño, y darle instrucciones para que hiciera a su vez lo mismo.
Aunque se esperaban decenas o cientos de enlaces, los paquetes llegaron con un número sorprendentemente bajo de enlaces (5 a 7). De ahí le vino a la teoría su sonoro nombre. 
Al hilo de esta teoría os dejo este vídeo de una canción de "The script", la cual precisamente se llama así, aunque irónicamente hace referencia a todo lo contrario. Six degrees of separation, seis etapas o estadios que atraviesa este chico en lo que parece ser una ruptura o separación. 
Tan fácil encontrarse y tan difícil desvincularse.



The Script - Six degrees of separation


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