Mis amigos me regalaron el viernes que celebré mi fiesta de cumpleaños una taza del disco "Revolver", una camiseta y un póster gigante, todo de The Beatles, y unas Vans azules y moradas. Casi lloro cuando me los dieron, jo, jajaja. Les quiero mucho (no sólo por los regalos, aunque también).
Y hoy me he encontrado encima de mi cama esta osita abrazada a una estrella, que es súper suave. Me lo ha regalado la mujer que limpia en mi casa, que me quiere como si fuéramos hermanas.
Por otra parte, ya se nos han acabado las vacaciones de Semana Santa por Almería, y nos espera un mes lleno de agobios y estudios cada día, porque en mayo tendremos los exámenes, o al menos en el colegio al que vamos Alba, Maribel y yo.
Lo que me ha encantado de cómo ha empezado abril es que hace un tiempo buenísimo, con el cielo despejado y hasta calor cuando da el sol. Conozco a gente que ya se ha quemado por tomar el sol estos días, y yo estoy deseando que continúe así el tiempo y no llueva como debería según el refrán "en abril, aguas mil". Cuando empecemos a ir a la playa os diremos, pero, al menos yo, pienso estudiar allí, ya que, aunque no os lo creáis, consigo concentrarme escuchando el mar de fondo y notando el sol tostarme la espalda. Sí, soy algo rara, pero este año pienso conseguir el reto de ponerme negra que me propongo cada verano y que al final por pereza nunca cumplo...
Bueno, os dejo ya. ¡Hasta pronto, un besito!
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